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El Zippo

Mi viejo amigo, compañero de tantas primeras bocanadas, de tantos rellenos y hediondeces, a pesar del desgaste externo, aun conservas tu primera mecha y sonido sin igual. Este encendedor me lo regaló la pecosa, en el año 2011. Lo compró en una tienda de la Av.Corrientes a un par de cuadras de la 9 de Julio en Buenos Aires. Estábamos de paseo mirando libros. "Para cuando lo necesites pibe" me dijo sonriente. Siempre había querido tener uno pero nunca lo quise comprar.
Este es el segundo encendedor que me regalan. Cuando era chico mi viejo me regaló un Ronson de finales de los sesentas. Nunca le di uso y al tiempo se oxidó. Pasó a formar parte de la repisa de los recuerdos. Ese encendedor también provenía de la Argentina. Se lo había regalado a mi viejo su amigo Walter Peduto, con el que jugó a la pelota en su juventud. Peduto murió en el 2000 por problemas pulmonares, tenía 65 años.
A principios del 2013, en un viaje familiar le he regalado uno de estos clásicos Zippo a mi hermano menor. Se lo han robado a los pocos meses de tenerlo. Pero bien, cada mechero tiene su propia historia que recorrer.

 

Luciano Ávila.
17 de marzo de 2014

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